Un yate de recreo de 22 metros de eslora y más de 40 toneladas de desplazamiento quedó embarrancado en la playa de Son Maties en abril de 2019 debido a un fuerte temporal de viento. Los intentos del propietario para reflotarlo no fueron exitosos y el barco quedó abandonado durante más de un año en la orilla, sometido a nuevos temporales su situación final determinaba que no era posible el rescate por mar, lo que condenó a la embarcación a su desmantelamiento para poder ser retirada como residuo.
Para la ejecución de este trabajo se prestó gran atención a la gestión de residuos, reaprovechando en primer lugar todos los elementos recuperables del barco y trasladando a una planta de gestión de residuos los elementos no reutilizables para su separación y reciclaje.
Una barrera anticontaminación se utilizó para la prevención de vertidos accidentales que pudieran ocasionarse en las tareas de desmantelamiento. Se retiraron los aceites, combustibles y otros fluidos del barco para después proceder al desmantelamiento del barco mediante una retroexcavadora giratoria.